San Joaquin
Padre de la Santisima Virgen Maria
Dia Festivo: Julio 26
St. Joaquín fue el casto marido de San. Ana, la madre de nuestra Santísima Virgen. Aunque avanzado en años, Sts. Joaquín y Ana permanecieron fervientes en sus oraciones para ser bendecidos con un niño. Dios estaba complacido con su devoción y optó por bendecirlos con una concepción milagrosa, mucho más allá de los años de procreación, como resultado de su amor por El y el amor de los demás. La tradición enseña que mientras Joaquín estaba lejos de casa, un ángel de Dios se le apareció en una visión. Este ángel prometió que él y Santa Ana tendrían un hijo que sería bendecido a través de los siglos. Al despertar de esta visión, St. Joachim corrió a casa para compartir su excursión con su amada esposa. Ella estaba allí para saludarlo, sólo para revelar las mismas buenas nuevas que se le había prometido en otra visita del mensajero de Dios. ¡Qué felicidad habría logrado en sus corazones saber que Dios les estaba concediendo tal bendición! En gratitud y devoción a su Señor, St. Joachim entregó a María al servicio del Templo cuando tenía sólo tres años. Como resultado de su amor ejemplar, devoción y obediencia a la Voluntad del Padre, Joaquín fue nombrado patrón de padres, abuelos, abuelos, parejas casadas, ebanistas y comerciantes de lino. Se le muestra en las formas de arte como un hombre mayor, a menudo en compañía de su amada esposa, St. Anne, ya veces con la Santísima Madre y Jesús. Las imágenes de San Joaquín son a menudo identificadas por la presencia de sus símbolos asociados. Un libro o un rollo representan a los encargados de la ropa, un bastón de pastores para la palabra cristiana y una canasta de palomas representa la paz. Casi siempre está vestido de verde, el color de la esperanza.
¡Oh grande y glorioso Patriarca, San. ¡Joaquín, qué gozo es mío cuando considero que fuiste elegido a todos los santos de Dios para ayudar en el cumplimiento de los misterios de Dios, y para enriquecer nuestra tierra con la gran Madre de Dios, María santísima! Por este privilegio singular has llegado a ser más poderoso tanto con la madre como con su hijo, para poder obtener las gracias que nos son necesarias; con gran confianza recurro a tu poderosa protección y consiento a todas mis necesidades y las de mi familia, tanto espirituales como temporales; y sobre todo confío a ti el favor particular que deseo y busco de mi paternal intercesión. Y como el tuyo fue un patrón perfecto de la vida interior, obtuvo para mí la gracia del recuerdo interior y un espíritu de separación de los bienes transitorios de esta vida, junto con un vivo y duradero amor por Jesús y María. Obtenga para mí de la misma manera una sincera devoción y obediencia a la Santa Iglesia y al soberano pontífice que la domina; para que viva y muera en la fe, la esperanza y la caridad perfecta, invocando siempre los santos nombres de Jesús y María, y que yo sea salvo. Amén